Web contable / Normas internacionales de contabilidad / Principales cambios... / 6. El resultado total y el resultado realizado
Ya se ha dicho que la determinación del resultado no es la finalidad primordial de los estados financieros, según el Marco Conceptual, sino que los ingresos y gastos surgen de cambios en los activos y pasivos, ya sea como consecuencia de actividades ordinarias de la entidad, ya sea por cambios en la valoración de los mismos.
Dicho de otra manera, cada partida del balance puede estar relacionada con resultados procedentes de la actividad que constituye su objeto habitual, o bien generar ingresos o gastos en forma de plusvalías o minusvalías, respectivamente, causadas por la variación en el valor atribuido a las mismas.
Debido a tradiciones contables relacionadas con el principio de prudencia, la mayor parte de las minusvalías se consideran realizadas, y se integran en el resultado neto, mientras que la mayor parte de las plusvalías se consideran pendientes de realizar, y se incorporan como cuentas de patrimonio neto hasta que les llegue el momento de convertirse en resultados ya realizados.
Los resultados realizados son los que se someten a reparto, preservando los no realizados hasta que tenga lugar el hecho que los hace repartibles, que normalmente es la venta a terceros de la partida objeto de revalorización. Esta es una práctica financiera basada en la idea de conservación de los capitales de la empresa, que genera la utilización del principio de prudencia, que en este contexto implica no reconocer beneficios pendientes de realización, es decir, inciertos.
Ahora bien, desde un punto de vista teórico, basado en el Marco Conceptual, el resultado es la diferencia entre ingresos y gastos, y procede tanto de la actividad de la empresa (ingresos ordinarios y gastos correspondientes a esos ingresos), como de las variaciones de valor, ya sean ganancias o pérdidas en el importe contable de las partidas.
Este resultado, así concebido, sería un resultado total o integral, correspondiente a los esfuerzos llevados a cabo por la gerencia de la entidad para aumentar el patrimonio neto de la misma. Estos esfuerzos son los responsables tanto de los resultados por ventas como de los resultados por tenencia de activos y pasivos.
Con objeto de que los estados financieros muestren la actuación completa de la gerencia, y por tanto revelen este resultado total, las NIIF prevén la existencia de dos estados financieros relacionados entre sí, que son:
el estado de resultados, que muestra la gestación y composición del beneficio realizado y repartible, y
el estado de cambios en el patrimonio neto, que muestra además el conjunto de cambios de valor de activos y pasivos que no se han llevado al resultado, pero que han aumentado los fondos propios de la entidad.
Entre las transacciones contables que, dentro de la normativa IASB, pueden llevarse al patrimonio neto están no sólo las plusvalías por revalorización de activos, sino también los efectos de los errores de periodos anteriores o de cambios en los métodos contables, las diferencias de conversión de estados contables de filiales extranjeras y la contrapartida de las variaciones de valor de los activos financieros disponibles para la venta.
Es posible que la diversidad de tratamientos expuestos en los párrafos anteriores deban ser, en el futuro, reconsiderados, a fin de homogeneizarlos, como también es muy posible que el propio IASB apruebe la fusión de los dos estados financieros a los que se ha aludido en uno sólo, el estado de rendimiento financiero, donde se refleje todo el resultado conseguido, y las entidades tengan la posibilidad o la obligación de identificar, dentro del mismo, la parte repartible de la que no es conveniente repartir todavía.
Siguiendo la línea de razonamiento descrito, es preciso darse
cuenta que la tradicional distinción entre resultado ordinario
y extraordinario pierde, en este contexto, casi todo su sentido. De hecho,
las NIIF consideran muy rara la existencia de resultados de tipo extraordinario,
que en su caso vendrían producidos por circunstancias impredecibles,
tales como la ocurrencia de un incendio o un terremoto.
Autor: José Antonio GONZALO ANGULO – Universidad
de Alcalá
© Gonzalo Angulo, JA (2003): "Principales cambios que suponen
las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) respecto
al Plan General de Contabilidad (PGC)", 5campus.org, Contabilidad Internacional